El día en que el mundo dejó de imaginar
John, además de ser parte de la historia de la música, es uno de los artistas más representativos del siglo XX. Un lunes de diciembre de 1980, dos meses después del que fuera su cumpleaños 40, era asesinado fríamente por un “fan”, un tal Mark… Ni si quiera vale la pena recordar su nombre.
John Lennon, fundador de la exitosa banda The Beatles. Viviendo en aquella época en la ciudad de Nueva York, E.U.A., su residencia estaba en el famoso Edificio Dakota, ubicado en la dirección 1 W 72nd St, New York, NY 10023. Él y Yoko Ono llevaban ya un tiempo viviendo ahí. Durante esa mañana hubo una sesión fotográfica con Annie Leibovitz, fotógrafa de la revista Rolling Stones, sería la última en retratarlo. Después de eso John daba su última entrevista, y fue al DJ de San Francisco con nombre Dave Sholin para un programa de radio en RKO Radio Network.
5:00 pm, la pareja abandonaba su departamento para ir al estudio de grabación (Record Plant Studio), iban a mezclar el track llamado Walking on Thin Ice que era una canción de Yoko con John en la guitarra principal. Una vez que salían de su inmueble y caminaban hacia la limusina fueron rodeados por gente que buscaba el autógrafo de John, esto era normal, sólo que ese día era diferente, entre ellos estaba su infame asesino. Tenía unas pocas semanas en que Lennon había regresado a la escena musical con un nuevo álbum titulado Double Fantasy, disco que incluso le firmaba ahí mismo al asesino, existe una foto tomada por el fotógrafo Paul Goresh que documentó ese momento-> Foto.
10:50 pm, los Lennon regresaban a su departamento. John no quiso comer afuera, quería llegar a su casa para ver antes de dormir a su hijo Sean, en ese entonces de 5 años, así como atender a más seguidores que sabía esperaban largas horas para verlo. Llegaban y Yoko caminando delante de John hacia las escaleras escuchaba los disparos hechos por un revólver .38 Special provenientes del asesino de 25 años sobre la espalda de su esposo; dos de ellos daban en el lado izquierdo, otros dos sobre su hombro del mismo lado, uno más había pasado cerca de su cabeza. Herido alcanzaba a subir cinco peldaños hacia el área de seguridad diciendo: “Me dispararon”, cayendo por las graves heridas.
El autor del asesinato era controlado por un portero quitándole el arma para después patearla lejos. El asesino entonces se retiraba su abrigo y sombrero (para mostrar que no llevaba más armas), se sentó en la acera esperando a la policía. Hubo un momento en que el portero le gritaba: “¡¿Te das cuenta de lo que has hecho?!”, respondía: “Sí, acabo de dispararle a John Lennon”.
John Lennon era llevado al Roosevelt Hospital, sin pulso y sin respirar, trataron de reanimarlo pero no lo lograban. John fallecía esa noche del 08 de diciembre de 1980 a las 11:15 pm. Yoko Ono lloraba sin creer lo sucedido para después entrar en shock. No se sabe realmente qué motivó a su asesino a dispararle ya que era su ídolo. Se ha hablado sobre la soledad que tenía en su vida, su mente perturbada, que quería ser famoso con esto, incluso hay quienes dicen que fue una conspiración en contra de Lennon por su activismo político-pacifista.
Al día siguiente Yoko daba una declaración:
“No hay ningún funeral para John. John amó y rezó por la raza humana. Por favor, hagan lo mismo por él. Con cariño, Yoko y Sean”.
El mundo lloró y sigue llorando su recuerdo porque John Lennon fue uno de esos pocos iluminados que a través de su arte trató de mejorar el mundo, más allá de la música nos dejó un legado conceptual con una sola y gran palabra: Imagine.